Nos levantamos como los demás días... a las 8 así; la tarde antes al andar por Lugo vimos una panadería y la fichamos para llevarnos el pan calentito por la mañana. Así hicimos, compramos el pan y como anécdota : la señora de la panadería se despidió de nosotros con un "graciñas" que nos hizo mucha gracia y estuvimos repitiendo todo el camino.
La tarde antes yo quería ver el río Miño, pero ya estábamos cansados de andar por Lugo, pero no me quedaría sin verlo. Esa mañana seguimos como siempre las flechas que nos indicaban el camino y mira por donde nos llevó hacía el Miño.
Primero fuimos bajando por la ciudad y seguimos con la misma sensación de dejadez, caminábamos por un pequeño camino que estaba partido por la mitad de haber corrido por allí el agua y quedaban colgados por allí papeles y basuras...
Tras la bajada hasta llegar al río vino la subida de nuevo. Recuerdo la mañana algo nublada, a la mitad de la subida había una "mansión" típica de la zona cuya entrada había un saludo a los peregrinos. Hicimos alguna foto.
Seguimos caminando y había una valla de piedras, allí paramos a tomarnos un bocadillo. Recuerdo que sobre esa altura nos adelantaron unos "peregrinos" de estos que no llevan mochilas... nos dió para conversar un rato.
Llegamos a una pequeña aldea de casas bajas de piedra, y tejados de pizarra...
Ese día fuimos caminando prácticamente todo el tiempo por una pequeña carretera, salvo cuando entramos en la calzada romana. La verdad que aparte de esto... no tengo demasiados recuerdos de ese día, quizás porque tampoco tengo muchas fotos.
Ahora que recuerdo entramos en un pequeño bar a pedir agua, y a que nos sellaran la credencial, dónde por cierto la dueña algo agría me dijo que cerrara que entraban moscas. Allí nos encontramos comiendo tapas y bebiendo lo que fuera a un "peregrino" que había armado un poco el follón en Lugo al no dejarlo quedarse en el albergue, nos pareció el típico hombre al que le gustan las broncas...
Poco más puedo contar de ese día, creo que nos desviamos un poco del camino que en un principio pensábamos tomar, ya que en ese trayecto podíamos coger por dos sitios diferentes y no sabíamos muy bien dónde estábamos.
Ya atardeciendo encontramos un lugar estupendo para montar la tienda de campaña, la verdad que asustados y poniéndola dónde estuvieramos protegidos si llegara a llover. La pusimos debajo de un árbol enorme y encima de un herbazal pretendiendo dormir mulliditos. Si no recuerdo mal, lo conseguimos.
Bueno esto es mucho resumir, la verdad, desde la salida a eso de las ocho u ocho y media hasta las seis o las siete de la tarde ... pero claro a dos años vista pues así para redactar y que tenga un poco de sentido es lo que puedo decir, en mi cabeza tengo un montón de recuerdos, aunque algo descolocados.
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